Los nuevos dirigentes deberán ser ante todo altruistas, solidarios y cooperativos, según el “creador de presidentes”, Antonio Sola
La crisis del Covid-19 ha puesto a los dirigentes del mundo entero frente a un espejo inesperado, donde hemos visto reflejadas muchas de sus carencias para el liderazgo. La pandemia ha sacudido también las viejas estructuras de la comunicación política, y todo apunta a que nada volverá a ser igual tras esta catástrofe.
¿Qué ha fallado en nuestros líderes? ¿No se han enterado, o no se han querido enterar? ¿Han comunicado tan mal como parece? ¿En qué se han equivocado? ¿Están a tiempo de solucionarlo? ¿Eran realmente líderes?
Quizás algunos mandatarios ni siquiera sobrevivan políticamente a esta crisis. Otros podrían salir reforzados. No lo sabemos todavía. La vida política da más vueltas que nuestro planeta. Pero una cosa es segura, necesitamos más que nunca auténticos líderes. Y también, líderes auténticos, emocionalmente transparentes y muy empáticos.
Y no solo en la gestión de lo público, también en las empresas, en el trabajo, en las organizaciones, en la sociedad civil, incluso en la familia,… ¡en el planeta!
De todo esto he hablado con uno de los mejores expertos del mundo en comunicación política y liderazgo, el periodista y consultor español Antonio Sola.
Conocido como el “creador de presidentes”, por sus sonados éxitos en Europa, América y África, donde ha dirigido casi 300 campañas, Sola ha creado la Fundación Liderar con Sentido Común, precisamente para impulsar y promover un nuevo estilo de liderazgo.
En su opinión, a partir de ahora se abrirán paso en nuestras sociedades los líderes resilientes, con capacidad para sobreponerse a las adversidades y seguir proyectando el futuro. Serán hombres y mujeres -sobre todo mujeres, insiste Antonio Sola– capaces de aprovechar las circunstancias difíciles o traumáticas, para desarrollar recursos latentes en su interior hasta ese momento desconocidos.
Antonio Sola tiene muy claro que los nuevos retos a los que nos enfrentamos sólo podrán abordarse desde gobiernos e instituciones fundamentados en la cooperación, el altruismo y la solidaridad: un nuevo estilo también de gobernanza muy diferente a todos los que hemos conocido hasta ahora.
¿Y cómo podremos apreciar esas cualidades a través del comportamiento no verbal? Pues muy sencillo. En primer lugar, los líderes resilientes suelen ser personas serias pero que no pierden la sonrisa, aquello de poner buena cara al mal tiempo. Y cuidado, la seriedad no es sinónimo de aburrimiento. De hecho, esa seriedad en la conducta suele esconder un gran sentido del humor no siempre bien apreciado.
Las personas resilientes muestran empatía emocional y cognitiva hacia quienes sufren, y eso se refleja inmediatamente en su rostro y en el tono de su voz, que adaptan con facilidad a su interlocutor. Tampoco necesitan gritar para expresar con firmeza sus ideas, ni recurren a la ira para responder a las críticas.
En cuanto al espacio, suelen acercarse a los demás, les gusta el trato directo, las distancias cortas y el tú a tú, aunque las normas de salud pública nos exijan ahora guardar la distancia de seguridad. Su comunicación es muy asertiva y alejada de la radicalidad.
Los resilientes son líderes que bajan a pie de calle, pero les incomoda el postureo. Rehuyen de los posados fotográficos y prefieren los robados, donde los vemos en acción de verdad. No les gusta hablar de oídas, ni explicar lo que no entienden. De hecho, cuando lo intentan hacer les sale bastante mal. Se nota enseguida que no son ellos.
Porque se trata de eso, precisamente, de actuar en lugar de fingir. Primero los hechos, luego las palabras. Y no a la inversa, como hemos visto escandalosamente en esta crisis sanitaria.
Como asegura el Dr. Mario Alonso Puig, a un auténtico líder lo seguimos más por lo que hace que por lo que nos cuenta, y los líderes resilientes se sienten más cómodos en la acción que en la exposición.
Fue casi una hora de conversación con Antonio Sola, él desde su confinamiento en Guayaquil (Ecuador) y yo desde el mío en Canarias (España), una charla en la que también hablamos del Papa Francisco, de Rafa Nadal y de eufemismos absurdos como la “nueva normalidad”. Sola nos dejó testimonio audiovisual de su pasión expresiva y su entusiasmo contagioso. Y además, compartió algunos mensajes muy contundentes:
“Es tiempo de ideas, más que de ideologías”.
“Es el momento de la identidad, más que de la imagen”.
“Primero la política, luego la comunicación”.
“La pandemia acabará con los líderes ideologizados”.
“No hay que gobernar para la masa popular, sino para la masa cerebral”.
Y para quienes deseen adelantarse al futuro, aquí les dejo también la fórmula de Antonio Sola para afrontar los inesperados retos y desafíos que esta pandemia ha improvisado para nosotros.
La receta de Sola para ser tu propio líder:
1.- Conócete a ti mismo.
2.- Busca un propósito en la vida.
3.- Expresa tu carácter.
4.- Desarrolla tu capacidad de persuasión.
Les invito a disfrutar el vídeo de este mano a mano con uno de los grandes. Espero que lo disfruten tanto como yo.
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