El encuentro entre Putin y Macron nos deja una lección magistral de cómo usar el espacio para comunicar
El encuentro celebrado entre Putin y Macron para abordar la crisis de Ucrania nos deja una lección magistral sobre el uso de la proxémica en la comunicación política, las relaciones internacionales y la diplomacia.
Los más de seis metros de mesa imperial que el líder ruso puso por medio, para recibir a su homólogo francés en el Kremlin, dejan bien claro al mundo cuán lejos estamos de un acercamiento en las posturas.
Resulta evidente que la comunicación no verbal no puede decirnos lo que piensa una persona -y menos un político, si me permiten el chiste fácil-, pero puede ser muy reveladora sobre cuáles son sus intenciones o cómo se siente. Usada y analizada con habilidad, la comunicación no verbal incluso puede tener más trascendencia que las palabras.
En este caso, la utilización del espacio y las distancias lo dicen todo. La proxémica resulta tan imponente como gélida: Cero aproximación para saludar, cero contacto físico, nada de banderas conjuntas, y una mesa interminable en la que no sirvieron ¡ni agua!
Vladimir Putin tiene fama de ser todo un experto en análisis y gestión del comportamiento no verbal, disciplina que habría estudiado durante su formación como agente de inteligencia. Con Obama la utilizó con éxito en todos sus encuentros, hasta llegar al extremo de conseguir desconcertarlo.
Con Emmanuel Macron, el líder ruso ha vuelto a salirse con la suya. No sé si finalmente habrá guerra o no, pero tengo muy claro que mientras esa mesa esté por medio la balanza se inclina hacia el sí.
Contexto y línea basal
La imagen de Putin y Macron a seis metros de distancia, casualmente distribuida por la agencia rusa Sputnik, habla por sí sola. Y dice mucho más incluso si la comparamos con el cálido recibimiento del que había sido objeto el presidente argentino, Alberto Fernández, también en el Kremlin y solo unos días antes.
El contexto y la línea basal son imprescindibles para obtener inferencias de valor en el análisis del comportamiento no verbal. Necesitamos conocer las circunstancias en las que se produce una conducta, y tener un patrón con el que compararla. En este caso, las diferencias son notorias, y confirman que el líder ruso recurrió a la exageración para dejarlas bien patentes ante todo el mundo.
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