Mi particular decálogo del buen comunicador, en la conferencia impartida ante el Tribunal Electoral de Panamá
La primera tarea de un portavoz institucional es tener muy claro lo que quiere decir. La segunda, saber cómo decirlo. Las formas son tan importantes como el fondo. A veces, incluso más. Suena a frase hecha, pero es así.
Ser, hacer y parecer. Ya conoces mi mantra particular. Quién eres, lo que haces y lo que pareces, siempre en perfecta sintonía. De lo contrario, la magia se rompe. Y si se rompe la magia, se interrumpe la comunicación. En eso consiste conectar.
El Tribunal Electoral de Panamá me invitó este verano a impartir una conferencia sobre el poder del comportamiento no verbal en la comunicación del portavoz institucional. Todo un reto. Y un privilegio, que agradezco a sus miembros. Muy especialmente, al magistrado Eduardo Valdés Escoffery, cálido anfitrión.
Expuse un decálogo muy muy personal sobre el perfil del buen portavoz. Basado en el estudio, y sobre todo en la experiencia. Así lo veo yo. Hablé del valor de la autenticidad y la credibilidad, que no son sinónimos. De la importancia de saber rectificar con rapidez y naturalidad. Y compartí algunos trucos universales que pueden ayudarnos a comunicar mejor en público. Y en privado.
Aquí comparto el vídeo con la exposición íntegra, gracias a los servicios de comunicación del Tribunal Electoral y a su dircom, Humberto Castillo. Poco más de una hora de charla. Resumen de una pequeña parte de mi experiencia en este apasionante mundo de la comunicación institucional y política.
Lo mejor, como casi siempre, está al final, con las aportaciones de los participantes.
¡Disfrútalo!
Y muy especialmente al profesor Arturo Coley, panameño y compatriota, por hacerme sentir como en casa. Y a mi admirada y querida Kilda Pitty por hacerme sentir como de la familia.
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