Las claves de la comunicación no verbal política, según el lingüista cognitivo George Lakoff.
Mantener la calma es la mejor señal que puede transmitir un candidato para indicar a su electorado que realmente sabe de lo que habla. La irritación, como expresión del descontrol emocional, es percibida en el inconsciente colectivo como un síntoma de falta de conocimiento y debilidad. Curiosamente, esta vinculación empírica entre credibilidad y conducta no la establece en esta ocasión un experto en comportamiento no verbal, sino un brillante lingüista cognitivo, George Lakoff.
Actualmente, la política ha pervertido de tal manera la semántica que las palabras resultan cada vez menos convincentes, sobre todo cuando no van acompañadas de una comunicación no verbal congruente. Y eso incluye no solo al candidato, sino también la puesta en escena de toda su organización política: programas, carteles, logos, imagen en redes sociales,…
Ser, hacer y parecer, es a mi juicio la fórmula del éxito en la comunicación, pero conseguir esa coherencia cognitiva y emocional en un par de semanas de campaña requiere de algo más que un puñado de frases hechas y una ristra de promesas formuladas como si fueran la lista de la compra.
Así lo argumenta George Lakoff en su libro “No pienses en un elefante”, con el que hace algo más de diez años explicó cómo condicionan el discurso político los marcos de referencia -nuestras creencias, convicciones y sentido común-. De las muchas enseñanzas reunidas por Lakoff en su best seller mundial, me quedo con dos imprescindibles:
1. Un mensaje electoral solo funciona si conecta emocionalmente con las creencias de quien lo escucha.
2. La comunicación proactiva siempre resulta más eficaz que la reactiva, lo que vulgarmente conocemos por llevar la voz cantante.
Lakoff parte de la base ampliamente reconocida por la comunidad científica de que los marcos son las estructuras mentales que conforman nuestro modo de ver el mundo, definen las metas que nos proponemos, los planes que hacemos, nuestra manera de actuar y de evaluar como bueno o malo el resultado de nuestras acciones.
Los marcos de referencia no pueden verse ni oírse, forman parte de lo que los científicos llaman el inconsciente cognitivo. Se identifican más fácilmente a través del lenguaje, pero no solo del verbal.
Las palabras por sí solas no tienen valor absoluto, sino que se definen en función de cada marco conceptual individual, de ahí que el éxito de un candidato dependa en gran medida de su flexibilidad a la hora de escuchar y de su precisión a la hora de hablar. Lakoff viene a concluir en su trabajo que pensar de forma diferente requiere hablar de un modo diferente y usar palabras diferentes.
Pero no son las referencias al contenido, sino al comportamiento no verbal, las que me han llamado la atención al releer estos días al conocido profesor de la Universidad de Berkeley (CA). Sus prácticos consejos sobre la conducta, más allá de la semántica, adquieren un valor añadido, viniendo de un lingüista con su acreditada experiencia política. Por ese motivo me ha parecido una buena idea resumir en forma de infografía sus diez recomendaciones fundamentales, aquellas que deberían formar parte del manual del buen candidato:
- Mantén la calma. La calma es señal de que sabes de qué hablas.
- Evita formas del lenguaje que puedan reflejar debilidad; por ejemplo, subir el tono de tus declaraciones.
- Evita los debates a gritos. El discurso civilizado debe ser tu modelo. Tú ganas cuando consigues construir un discurso civilizado. Cuando tus adversarios consiguen que grites, ganan ellos.
- Tienes que hablar con voz firme. Tanto tu cuerpo como tu voz han de comunicar optimismo.
- Tienes que transmitir convicciones apasionadas sin perder el control.
- Ten buen humor. El sentido del humor acompañado de un buen talante demuestra que te encuentras bien contigo mismo.
- Compórtate respetuosamente, lo cual requiere carácter y dignidad. Haz que ese carácter y esa dignidad se vean.
- Trata con respeto a tus adversarios políticos cuando les des la réplica. Nadie te escuchará si no lo tratas con respeto. Escúchalos. Es posible que estés en profundo desacuerdo con todo lo que hayan dicho, pero tienes que saber lo que han dicho.
- ¿Qué pasa si recibes una ofensa moral? Tienes que indignarte moralmente, pero puedes mostrarlo con pasión controlada. Si pierdes el control, ganan ellos.
- Mantén el tipo. Actúa siempre a la ofensiva, nunca a la defensiva. No refunfuñes ni te quejes. No te hagas la víctima.
Según George Lakoff, uno de los mayores errores que puede cometer un político es limitarse a negar las reivindicaciones de los demás. Es necesario reenmarcar siempre hacia creencias afirmativas, porque cuando propones no pensar en algo solo consigues evocarlo en la mente de los demás (No pienses en un elefante). En su opinión, resulta imposible ganar unas elecciones exponiendo simplemente hechos ciertos y mostrando que contradicen las reivindicaciones de los oponentes. Las creencias prevalecen sobre los hechos, y hacen que estos reboten como en un frontón si no encajan con el marco de referencia construido por nuestra mente.
Lectura recomendada
George Lakoff (2004). No pienses en un elefante. Editorial Complutense. Madrid
Imagen de la infografía: Designed by Freepik.
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Y eso…no solo para los que están en campaña! En todo grupo, en toda circunstancia, si uno pierde la serenidad…es que ha sido vencido…