Paul Ekman responde al ensayo divulgado por Lisa Feldman Barret en The New York Times
La psicóloga Lisa Feldman Barret, directora del laboratorio de las emociones y profesora de la Universidad del Noreste (Boston), ha reabierto recientemente la polémica sobre la universalidad de las expresiones faciales de las emociones básicas. Un artículo suyo en The New York Times cuestionaba el pasado 28 de febrero los hallazgos realizados en este sentido por su prestigioso colega Paul Ekman, profesor emérito de la Universidad de California, y el investigador que con mayor rigor y profundidad ha estudiado en los últimos cincuenta años este campo del comportamiento no verbal.
En su ensayo, What Faces Can’t Tell Us, la profesora Feldman pone en duda incluso la visión evolucionista de Charles Darwin sobre los movimientos del rostro, y su adaptación para expresar emociones. Obviamente, el desafío público al padre de la Teoría de la Evolución quedará sin respuesta. No ha ocurrido lo mismo con el ataque directo a Ekman, quien se apresuró a responderle por los dos.
Primero, a través de una réplica, Reading Facial Expressions, que los editores del diario neoyorkino publicaron de forma breve en la sección de cartas al director, relegando inexplicablemente a la categoría de simple lector al célebre investigador.
Con posterioridad, la respuesta completa y detallada apareció esta misma semana en la revista científica de la Universidad de Berkeley (CA), Greater Good: Are Facial Expressions Universal?
El auténtico debate sigue abierto en las redes sociales, promovido por @PaulEkman a través de su cuenta personal en Twitter, que actualmente cuenta con más de 124.000 seguidores en todo el mundo.
You’ve read part of what we have to say on the Universality of Facial Expressions. Now we want to hear what YOU have to say. Tell us. — Paul Ekman (@PaulEkman) marzo 13, 2014
Ekman retomó a finales de los sesenta las hipótesis planteadas un siglo antes por Charles Darwin, demostrando que las expresiones faciales de las emociones básicas tienen su origen en la evolución, son universales y en algunos casos comunes con otros primates, con los que el propio Ekman se compara en estas imágenes.
Estupendo estudio. No conocía ¡qué vergüenza! esa faceta del estudio de Darwin.
Tuve un amigo matemático thailandés. Llegaba exiliado. Un día le pregunté: «¿Porqué estás siempre sonriendo?» Me respondió: «Porque estoy demasiado triste» .
Muchas gracias, Isabel. No te avergüences, es uno de los campos más desconocidos de los muchos que estudió Darwin. De hecho, su enfoque evolucionista sobre las expresiones emocionales fue injustamente despreciado durante casi un siglo. Especialmente, por el enfoque de la antropología cultural, que en la primera mitad del siglo XX no estuvo exenta de la influencia política occidental.
En cuanto a tu amigo thailandés, tendríamos que ver su rostro para opinar con fundamento, porque hay una gran diferencia entre la sonrisa social y la sonrisa auténtica. De hecho, se desencadenan en áreas distintas del cerebro y movilizan músculos faciales diferentes. En definitiva, que alguien aparentemente sonriente puede estar muy triste.
Gracias por seguirnos. Esperamos que disfrutes.
Un afectuoso saludo,