La frialdad en la relación que el presidente norteamericano niega
Los encuentros entre Obama y Putin no son tan cálidos como el presidente norteamericano ha sugerido en alguna ocasión. En una entrevista concedida a la NBC llegó a negar que la relación entre ambos fuera “fría”. Aseguró que a Putin le gusta hacerse el “tipo duro”, dando a entender que la actitud del líder ruso es una pose de cara a la galería.
¿De verdad piensa eso Obama? ¿Se toma el asunto con humor? ¿Conectan los dos líderes?
Veamos el vídeo:
No sabemos con exactitud cuánta sinceridad hay en la respuesta de Obama, pero lo que resulta incuestionable es que la pregunta no le gustó.
Luego explicaremos por qué, pero antes analizamos cómo transcurrieron los cuatro encuentros públicos que han mantenido hasta la fecha. Descartadas las típicas y amables escenas protocolarias, buscamos más allá de los gestos y expresiones. Sorprendentemente, la congruencia expresiva de Putin es mayor que la de Obama:
Primer encuentro
Julio 2009. Viaje de Estado de Barak Obama a Moscú.
No fue un flechazo a primera vista. En el primer encuentro entre Obama y Putin no hubo conexión, a pesar de ciertos esfuerzos del primero por acercarse a su homólogo. La química no funcionó.
Segundo encuentro
Junio 2012. Cumbre del G-20 en Los Cabos, México.
El palo o la zanahoria. En el segundo encuentro se aprecia con mayor nitidez la indecisión demostrada anteriormente por Obama en Moscú. Parece debatirse entre el palo y la zanahoria: su conducta intencionada de aproximación resulta incongruente con las expresiones espontáneas de desagrado.
Tercer encuentro
Junio 2013. Cumbre del G-8 en Enniskillen, Irlanda del Norte.
Esto no funciona. Un año después, Obama acepta que el noviazgo no funciona. Sus esfuerzos por cautivar se reducen, y cada uno camina por su lado. Putin sigue sin inmutarse.
Cuarto encuentro
Septiembre 2013. Cumbre del G-20 en San Petersburgo, Rusia.
Renuncia a pedir su mano. Obama ya no aspira a pedir la mano de Putin, ni ofrece la suya con la palma hacia arriba. Se acabó el cortejo.
El análisis de sus encuentros acredita la falta de conexión entre ambos. Volvamos, entonces, con el análisis del vídeo y la controvertida respuesta de Obama desmintiendo la frialdad:
- Su incomodidad queda patente en el gesto inicial de apartar la cara, y en el sonoro chasquido con la lengua, que suele hacerse cuando algo molesta o produce contrariedad.
- A continuación recurre a un segregador vocal (“ou”), elemento prosódico empleado para ganar tiempo antes de responder.
- Tartamudea dubitativo, y repite tres veces el pronombre “yo” (“I, I, I don’t…”).
- Contesta usando el tiempo verbal negativo presente, que implica más contundencia en la negación. Se arrepiente, corrige y se decanta por el negativo condicional (“…I wouldn’t call it…”).
- Intenta negar de forma tajante la frialdad de la relación con Putin, pero luego prefiere una versión menos comprometedora: “yo no la llamaría así”, afirma.
- En menos de un minuto que dura su respuesta, Barak Obama chasquea la lengua en otras dos ocasiones.
- Emplea segregadores vocales unas diez veces más, y se toma mucho tiempo entre palabra y palabra para elaborar el contenido de su declaración
- Son apreciables los cambios de velocidad al hablar, que en este caso evidencian un intento de control conductual.
- Hay intencionalidad en el énfasis de entonación de algunos términos, como “humor” o “estilo público”.
En sus expresiones faciales destacan cuatro unidades de acción muy reveladoras, apreciables en las siguientes imágenes:

1
Cierra los ojos y aparta la cara al escuchar la pregunta, expresión espontánea de incomodidad.
Aprieta los labios: contención del enfado.

2
Deprime las comisuras de los labios cuando dice que hay una “gran cantidad de humor”. Es una expresión espontánea de tristeza, incongruente con sus palabras. Después se refiere al “constante tira y afloja”, que quizás no le haga tanta gracia como quiere hacernos ver.

3
Tuerce la boca hacia su izquierda, leve microexpresión unilateral asociada al desprecio. La repite en dos ocasiones, cuando se refiere a su “sensación” de que Putin intenta parecer “un tipo duro”.

4
Termina haciendo un chiste autocrítico sobre los políticos norteamericanos y se ríe, pero las comisuras de los labios se retraen en lugar de subir; tampoco hay actividad en los músculos orbiculares de los ojos: Su risa no es auténtica.
En el plano verbal, comienza asegurando “La verdad es…”, una reafirmación que resulta delatora para algunos expertos en el análisis de contenidos y detección de mentiras.
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Qué estudio tan interesante, Hacía tiempo que no recibía llamadas de tu Blog y pensaba que no había nada nuevo ¡¡¡Qué error!!! Al abrirlo me he quedado impresionada de la estupenda «portada»!!! Qué atractiva!!! de modo que «me he tenido que quedar». Me doy cuenta de mi atraso y tendré que hacer el recorrido en varios días. El recorrido de esta mañana con Obama y Putin ¡fantástico! Pero tenía que dar al «botón» de pausa para poder leer-mirar-ver pues para mí saltaba con excesiva velocidad. ¡Gracias! me enseñas a mirar y ver. A veces me has hecho reir…
Por favor envía llamadas cuando publiques algo nuevo, aunque para recuperar mi atraso necesito varios días.
Estupendísimo trabajo!!!!